jueves, 2 de diciembre de 2010

Tan solo instantes...





Recuerdos que sin pretenderlo resultan ajenos
como fotografías viejas, como despojos de tiempo.
Deseos, anhelos de vida, pensamientos olvidados,
¿Qué tengo después de todo?  La vida misma...

Frases rebuscadas de mentes dormidas
sonrisas apenas visibles y entrecortadas
¿Son mis ojos reflejo del sentimiento muerto?
palabras no dichas que resuenan una y otra vez...

Poetas del tiempo, del amor, del dolor
lugares perdidos en pequeños fragmentos,
¿Qué color tenía ese sueño, ese que no recuerdo?
que mala memoria tenemos los enamorados...

Esa risa, esa voz, que se detiene y que no avanza
cálida presencia, la mente imagina, yo solo siento.
levanto la vista y al rededor nada existe...
sigo escribiendo por vagos instantes... dejo mi rastro.

La Rosa Triste




Resulta extraño contener el pensamiento por lapsos prolongados, asimilando, entendiendo, extrañando, soñando despierta y amando en silencio esas eternas ausencias que se adhieren al alma...

Aqui estoy, de nuevo plasmando en pequeños fragmentos de vida, retazos del alma.




Vacía como aquellas extrañas miradas que nunca llegan a encontrarse
como flor artificial que sin éxito intenta igualar el color de la vida.
Una mirada triste, esa mujer que solloza y traga la amargura de su ser
Han cortado 2 de las flores que ha sembrado, se las ha llevado el dolor.


Solitaria tiembla una margarita, temerosa de conocer el mismo horror,
ser ajena a la vida, ser un fantasma en el centro de un vagón que se detiene,
que no avanza, que se estanca sin llegar a su destino, que oxidado es olvidado.
Mientras ella la observa y protege del viento, la margarita se adormece en su regazo.


Cuando las lágrimas llegan, olvida su única flor y sufren ambas en soledad
cuando el viento azota, la distancia se hace mayor y el frío se cuela hasta el alma.
Duele en ambas esa ausencia, muere lento la esperanza y empiezan los por qués...
Cuando el sol sale se consuelan, lloran juntas y esperan ver de nuevo a quien se fue.


Yo soy esa flor, ella es quien me cuida del frío y me hace olvidar la soledad,
sigo añorando sus abrazos, disfrutando cada lazo que volvemos a formar,
El tiempo que sea, se que estarás allí cuando venga la tormenta y necesite llorar.
No sufras madre, verás que algún día, juntas a tus tres flores podrás de nuevo contemplar...