domingo, 16 de enero de 2011

Despedida

Dibujar con los dedos fríos  la tragedia de una vida,
acariciar con los labios un lamento apenas perceptible,
calmar la sed de vida con muerte... ¡la dulce muerte!

Cerrar tus ojos y sellarlos con lágrimas amargas,
despedirme del latido que sobre tu pecho solía escuchar,
calzar tus pies, aunque no vuelvas a caminar junto a mi,
desdibujar tus rasgos de mis recuerdos, olvidar...

Palidecer de soledad,  saborear sorbo a sorbo un adiós,
encaminar al cortejo de sombras que vienen por ti,
suspirando el alivio de una larga agonía de infelicidad,
contemplar por última vez el retrato de una despedida.

Será el último deseo antes de que te vayas sin mi,
cierra bien la puerta al partir, para que no recuerde tu olor,
para que no desgarre mi alma dentro de este lugar,
para que desde mi tumba, siga pensando en ti...

¿Quién ha muerto?


Dentro de aquella gaveta
en ese oscuro y frío rincón,
adormecida como fiera estaba,
brillante, certera, muy afilada.

Acariciando un delirio me acerqué
deslicé mi mano sobre su filo,
vi mi sangre recorrerla extasiada,
parecía dar vida, podía quitarla.

Color de luna  plateada la daga,
el rostro de un extraño dibujaba,
mientras en el suelo me desangraba,
aquel extraño rostro en mi se clavaba...

Maligna delicia...


He roto tus alas,
has dejado de volar con libertad,
tu llanto ha conmovido a la noche,
ya no sonríe al verte...

Tu dolor  me ha alimentado,
a aquel demonio que en mí pernocta,
te he convertido en un ser oscuro,
como yo...

He adormecido tu esperanza
y reclamas la muerte.
Mi maldad te ha mostrado hoy,
tu verdadera  realidad...

Tu piel ahora esta marcada.
huele a sangre, sabe a miel.
La muerte no suele disfrutarse,
mas, yo disfruto de ti, cada bocado...