jueves, 14 de enero de 2010

Invisible

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Sin dejar señal de su permanencia en ese patético instante,
en un espejo que no lo refleja, anhela ahora ver sus ojos.
Haciendo arder su sangre y helandola al mismo tiempo se va,
Invisible en un instante en el que quizás era un todo...

Demonios arrastran y desgarran sus pudores y los temores,
de a poco la piel desaparece y el alma se torna insensible.
Invisible y cansado de ver los mismos atardeceres morirá,
en soledad, envuelto en agudos lamentos que nadie escuchará.

Abrigará la muerte su desvanecida apariencia casi olvidada,
Suplicará en palabras envueltas de llanto poder regresar,
en ese frío lugar un dolor en su pecho corta su respiración
Invisible partirá, invisible jamas alguien lo escuchará

1 comentario:

  1. Cual criterio forastero del tiempo y del espacio, pensó en una cruel pero necesaria despedida, solo la lógica de lo probable podría imaginar si tales lágrimas en realidad existieron o solamente fueron un éxtasis de felicidad de la imaginación...

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